Si yo tuviera que enseñarte arquitectura

¿Si yo tuviera que enseñarte arquitectura? Una cuestión más bien complicada…
Empezaría por prohibir los “órdenes”, deteniendo esa desintegración de los órdenes, este increíble desafío a la inteligencia. Insistiría en un respeto real por la arquitectura.

Por otro lado, contaría a mis alumnos cuán móviles son las cosas en la Acrópolis de Atenas, cuya suprema grandeza luego entenderían. Prometería una explicación de la magnificencia del Palacio Farnesio y del amplio abismo mental existente entre los ábsides de San Pedro y su fachada, ambas obras construidas rigurosamente en el mismo “orden”, pero una por Alberti y la otra por Miguel Ángel. Y otros muchos de los más simples y verdaderos hechos de la arquitectura, cuya comprensión exige una cierta maestría. Enfatizaría el hecho de que la nobleza, la pureza, la percepción intelectual, la belleza plástica y la eterna cualidad de la proporción son los deleites fundamentales de la arquitectura, los cuales pueden ser entendidos por cualquiera.
Me esforzaría en inculcar en mis alumnos un vivo sentido del control, de juicio imparcial, y del “cómo” y del “por qué”…. Les animaría a cultivar este sentido hasta la muerte. Pero me gustaría que lo basaran sobre una serie objetiva de hechos. Los hechos son fluidos y cambiantes, especialmente hoy en día, así que les enseñaría a desconfiar de las fórmulas y les convencería de que todo es relativo.
Le pregunto a un joven estudiante: ¿cómo ideas una puerta? ¿De qué tamaño? ¿Dónde la colocas (211)? ¿Cómo ideas una ventana? Pero, a propósito, ¿para qué es una ventana? ¿Sabes realmente para qué se ponen ventanas? En ese caso, serás capaz de explicarme por qué una ventana es arqueada, cuadrada, o rectangular (212). Pido razones para eso, y añadiría: piénsalo bien, ¿acaso necesitamos ventanas hoy?
¿En qué parte de una habitación colocas una puerta?… Quizá tienes varias soluciones. Estás en lo cierto, hay varias soluciones, y cada una ofrece una sensación arquitectónica distinta. Ya ves, estas diferencias de solución son el propio fundamento de la arquitectura. Según la forma en que entras en una habitación y según la posición de la puerta en el muro, recibes una impresión diferente, y el muro que perforas toma unas características particulares. Sientes que has descubierto la arquitectura. Por cierto, te prohíbo dibujar un eje en tus plantas —los ejes son meramente fórmulas para deslumbrar al incauto.
Otro punto, igual de importante: ¿dónde propones las aberturas de las ventanas? Te das cuenta de que según de donde venga la luz consigues una sensación particular, así que dibuja todas las formas posibles de colocar las aberturas de las ventanas y dime cuáles son las mejores (213).
De hecho, ¿por qué has dado a la habitación esa forma? Reflexiona acerca de otras formas factibles, y pon aberturas para puertas y ventanas. Será mejor que compres un cuaderno grande para esta tarea; necesitarás páginas y páginas (215).
Ahora dibuja todas las posibles formas de comedores, cocinas, dormitorios, cada una con sus requisitos especiales. Habiendo hecho esto, trata de reducir las dimensiones al mínimo. Una cocina. Esto es una cuestión de planificación urbana: circulación y espacio de trabajo. No olvides que la cocina es un sanctasanctórum.
Lo siguiente es dibujar la oficina de un hombre de negocios y de su secretario, su mecanógrafo, y sus trabajadores. Recuerda que una casa es una máquina de habitar y que una oficina o una fábrica es una máquina para trabajar en ella.
No sabes nada acerca de los “órdenes”, ni del “estilo 1925”; y si te cojo diseñando en el estilo 1925, te daré un buen tortazo. No debes ser un estilista. Articulas, planificas: nada más.

Ahora intenta resolver uno de los problemas más complicados de la actualidad: la casa mínima.
Primero de todo para un hombre o mujer solteros, después para una pareja casada: no te preocupes de los niños. A continuación, te mudas de casa: han llegado dos niños.
Después tienes que alojar a cuatro niños.
Puesto que todo esto es muy difícil, comenzarás por dibujar una línea recta, a lo largo de la cual colocarás las unidades necesarias en su orden apropiado, cada una con la mínima área (214).
Después en una especie de árbol genealógico resuelves su circulación, poniendo las unidades apropiadas una junto a la otra.
Para finalizar, intentarás ensamblar los componentes para hacer una casa, no te preocupes de la construcción: esa es otra cuestión. Si por un casual te gusta jugar al ajedrez, te será útil aquí, ¡y no tendrás que ir a un café a buscar un oponente!
Pasarás a ver edificios en construcción y verás cómo hacen el hormigón armado, las cubiertas planas, o los forjados, y cómo se colocan las ventanas. Haz croquis, y si ves algo desorbitado, toma nota de ello, y cuando vuelvas haz preguntas. No creas que aprendes construcción haciendo matemáticas. Eso es un engaño practicado por la Academia para vencerte.
Sin embargo, tendrás que estudiar bastante estática. Eso es sencillo. No pienses que necesitas saber exactamente cómo los matemáticos llegaron a las fórmulas de resistencia. Con un poco de práctica, entenderás la mecánica del cálculo, pero sobre todo recuerda cómo funcionan las diferentes partes de un edificio. Asegúrate de que entiendes los momentos de inercia. Una vez los entiendas, serás libre para hacer cualquier cosa. Todo esto es bastante claro: deja la matemática para los matemáticos.
Tus estudios no han acabado aún. Tendrás que indagar sobre cuestiones de sonido, temperatura y dilatación térmica. De calefacción y refrigeración. Cuanta más experiencia directa seas capaz de acumular en esta etapa, más agradecido estarás después.
Intenta dibujar un puerto con las boyas marcando el canal, y muestra cómo un crucero llega al muelle y zarpa de nuevo (216). Te será de ayuda recortar la forma de un barco en papel de color y mostrar sus posiciones sucesivas en el dibujo. Esto puede darte ciertas ideas acerca de cómo diseñar muelles.
Ahora dibuja un bloque de doscientas oficinas con una cante él para aparcar vehículos: descubre cuántos coches caben, y, como con el barco de vapor, muestra claramente todas sus maniobras. Quizá te hagas una idea de qué dimensión y forma han de tener las isletas y los espacios de aparcamiento, y de su relación con la calle.
He aquí una regla de oro: usa lápices de colores. Con el color, acentúas, clasificas, clarificas, desenredas. Con el lápiz negro te atascas en el barro y estás perdido. Siempre repítete a ti mismo: los dibujos tienen que ser fáciles de leer. El color vendrá al rescate.
Aquí hay una plaza en un pueblo, donde se encuentran varias carreteras (218). Resuelve cómo el tráfico la cruza. Intenta pensar en cada tipo de plaza, e imagina cuáles son las mejores para la circulación.
Ponte a ti mismo el problema de una sala de estar con sus puertas y ventanas. Coloca los muebles necesarios adecuadamente. ¡Ese es otro problema de circulación, y es sentido común y muchas otras cosas también! Pregúntate a ti mismo si tu sala sirve a algún objetivo particular como este (219).
Ahora pongo un problema escrito: haz un informe comparativo y analítico sobre las razones de ser de ciudades como Londres, Birmingham, Liverpool, Hull, Glasgow. Una tarea más bien difícil para un estudiante, pero te darás cuenta de que antes de escribir nada, debes siempre conocer exactamente lo que estás considerando y por qué se da. Espléndido ejercicio para desarrollar tu poder de discernimiento.
Un día, ve a la estación, regla en mano, y haz un dibujo dimensionado exacto de un vagón restaurante con su cocina y servicio. Haz lo mismo para un vagón cama. Después baja a los muelles y sube a un trasatlántico. Dibuja plantas y secciones con colores, mostrando cómo funciona. Por cierto, ¿tienes alguna idea clara de qué va dentro de un trasatlántico? ¿Eres consciente de que es un palacio que aloja a 2.000 personas, de las cuales un tercio vive de lujo? ¿Te das cuenta de que en él hay un sistema de hotel con tres clases separadas y completamente independientes, un sistema gigante de propulsión mecánica, con su personal de ingenieros y mecánicos, y además de esto un sistema de oficiales y marineros para dirigir el barco? Cuando puedas expresar claramente por medio de secciones coloreadas y plantas la organización de un trasatlántico, serás capaz de apuntarte al próximo concurso para el Palacio de la Liga de las Naciones.
Y ahora, amigo mío, te pido que mantengas tus ojos abiertos.
¿Mantienes tus ojos abiertos? ¿Te han entrenado para mantener tus ojos abiertos? ¿Sabes cómo mantener tus ojos abiertos? ¿Los mantienes abiertos continuamente y de manera provechosa? ¿Qué es lo que miras cuando sales a dar un paseo?
….
Mira la parte de atrás de los edificios si quieres aprender algo. Aparta tus ojos de la fachada a la calle. Después ve y mide alguno de esos edificios que son decorosos tras sus fachadas. Estudia estas construcciones vernáculas de cara a una posterior ejecución a mayor escala, quizás en acero (una casa prefabricada), o en hormigón armado (montado a partir de unidades estándar).
Ahora que he apelado a tu sentido de la honestidad, debería inculcarte, y en todos los estudiantes de arquitectura, un odio al “estilismo de mesa de dibujo”, que es meramente cubrir una hoja de papel con imágenes seductoras, “estilos” u “órdenes”: esto son modas. Pero la arquitectura es espacio, anchura, profundidad, y altura, volumen y circulación. La arquitectura es una concepción de la mente. Debe ser concebida en tu cabeza, con tus ojos cerrados. Solo de esta manera puedes visualizar realmente tu diseño. El papel es solo el medio para expresar la idea y transmitirla al cliente o contratista. Todo está en la planta y en la sección. Cuando hayas logrado, a través de las plantas y las secciones, una entidad de trabajo, los alzados fluirán, y si tienes capacidad de diseñar, tus alzados serán bellos. Di, por supuesto, que las casas son para vivir en ellas, pero serás un buen arquitecto sólo cuando tus alzados tengan éxito. La proporción es suficiente, pero necesitas mucha imaginación también, y cuanto más modesto sea el problema, más imaginación necesitas.
Arquitectura es organización. ERES UN ORGANIZADOR, NO UN ESTILISTA DE MESA DE DIBUJO.



Traducción: Joseba Barragués
Selección y revisión: Ángel Martín Ramos