Durante el mayo parisino las emociones se plasman en los espacios físicos de la ciudad a través de la toma de las calles y del mobiliario urbano, la construcción de barricadas y, fundamentalmente, la continua aparición de testimonios en los muros de la ciudad, en forma de pintadas espontáneas o caligramas urbanos. Interacciones y gestos de apropiación que ponen en relación vínculos afectivos determinados y relaciones emocionales generadas en la revuelta, con los espacios físicos de la ciudad de París. Muros, vallas, calzadas y demás elementos urbanos adquieren capacidad y potencia afectiva. Las calles abandonan su papel predominante como vías de tránsito entre el trabajo y la habitación para convertirse en espacios disidentes, de discusión y parlamento colectivo que transforman el espacio urbano. Para pensadores, estudiosos y usuarios de la ciudad supone un reto abordar éstas y otras tantas espacialidades subjetivas contemporáneas. Desde la exploración e incluso invención de herramientas se busca la forma de trabajar con las posibilidades de lo invisible desde la disciplina arquitectónica y la urbanística contemporánea. Read More