La luz gótica es el tema

El pasado 13 de febrero se leyó en la ETSAM la tesis desarrollada por Juan Manuel Medina del Río, LA LUZ NATURAL COMO GENERADORA DEL ESPACIO ARQUITECTÓNICO DE LA CATEDRAL GÓTICA1, una investigación doctoral dirigida por Pepa Cassinello, doctora arquitecto con la tesis Trazado y estabilidad de la arquitectura gótica2 y autora del libro La construcción de la luz3.

La presente investigación plantea la difícil tarea de objetivar algo tan subjetivo e inasible como es la luz. En concreto, trata de la luz gótica, una luz que ya fue objeto de análisis en LA LUZ ES EL TEMA de la mano del catedrático Víctor Nieto Alcaide4. A través de precisas mediciones y complejas recreaciones tridimensionales el autor detecta una serie de cualidades de esta particular luz que permiten construir un nuevo sistema de clasificación de la arquitectura gótica. Se elabora, así, una sólida investigación, basada en la recopilación, el procesamiento y la ordenación de los datos obtenidos. Pero, lejos de convertirse en un fin en sí mismo, la clasificación de las cualidades de la luz desarrollada en la tesis no es sino un modo objetivo de aprehender y entender la realidad de la luz en la arquitectura gótica, al margen de las consideraciones subjetivas y metafísicas que acostumbran a acompañar a cualquier estudio sobre esta luz tan especial.

Además de la inestimable aportación que supone esta tesis doctoral en relación al conocimiento concreto de la luz en las catedrales analizadas y en la arquitectura gótica en general, la presente investigación tiene el valor añadido de dotar al arquitecto contemporáneo de una nueva herramienta analítica y proyectual. La manipulación consciente de la luz con fines arquitectónicos deviene, así, en una cuestión de precisión científica.

Oscar Linares de la Torre

1 Tesis disponible online en http://oa.upm.es/14781/
2 CASSINELLO PLAZA, María Josefa: Trazado y estabilidad de la arquitectura gótica (Tesis Doctoral). Madrid: UPM/ETSAM, 2003
3 CASSINELLO, Pepa (ed): La construcción de la luz: rastro de reflexiones y reflejos. Madrid: Mairea 2011
4 NIETO ALCAIDE, Víctor; LINARES DE LA TORRE, Oscar (ed): La luz es el tema (entrevista); en DIAGONAL 28, junio 2011. Barcelona: Associació Revista Diagonal, 2011, pp. 16-20

“Buscando la luz, el maestro gótico descubrió la bóveda de crucería”, y este hito de la historia de la arquitectura ha quedado impreso en el imaginario artístico como uno de los más grandes logros asociativos entre dos grandes motores de la arquitectura, la estructura y la luz.

La catedral gótica, como el reloj de sol, necesitaba hablar a través de la luz a un pueblo que no sabía leer. Era la proyección de las imágenes de sus vidrieras la que les relataba la historia sagrada. Entonces, ¿por qué existen catedrales góticas oscuras? Analizando  sus esqueletos estructurales encontré la razón de ser de esta oscuridad. Una respuesta racional a su necesidad de arriostramiento frente a sismo.

Posteriormente he tenido el honor de dirigir la tesis de Juan Manuel Medina, que ha continuado avanzando en el conocimiento de esta apasionante historia. La más destacada aportación de su tesis es sin duda que ha conseguido, a través de su propio método, medir no solo la luz sino las sensaciones que esta genera en el espacio arquitectónico de la catedral. Un trabajo a caballo entre la física y la mística, entre la arquitectura y la escenografía. Una “puesta en medida” que confina de algún modo aquello que por intangible desconcierta, y que por inasible hipnotiza, la luz gótica.

Pepa Cassinello



La luz natural como generadora del espacio arquitectónico de la catedral gótica por Juan Manuel Medina del Río

La historia de la construcción de las catedrales góticas es la historia de la búsqueda de la luz

Con esta afirmación casi metafísica, asumida por todos los historiadores tanto de la arquitectura antigua como del resto de las artes, iniciamos un apasionante camino que nos lleva a profundizar en uno de los momentos más importantes de la luz como generadora de arquitectura: el Gótico.

La luz gótica es el auténtico motor de su propia arquitectura. Ella enciende los espacios y los modela, a través de ella se entiende la arquitectura en toda su simbología espacial, y genera un estado de hipnotismo y asombro en la visión de cualquier visitante, ya sea el más preparado arquitecto como el artista más avezado. El anhelo que siempre ha existido por llegar a entender la naturaleza de la inquietante y majestuosa luz gótica ha conseguido que esta haya sido descrita según matices muy variados como lo son su carácter simbólico, cromático e incluso místico, todos ellos valores intangibles. Sin embargo, no existía ninguna referencia a la misma como realidad física cuantificable, calificable y, por lo tanto, clasificable.

La tesis doctoral que se presenta en el presente artículo aborda el concepto de la iluminación gótica desde una perspectiva nueva y demuestra, con un método analítico inédito, que la iluminación gótica se puede cuantificar y, por lo tanto, se puede cualificar. Para llegar a esta cualificación de la luz no existe otro camino más que el estudio minucioso de la propia catedral; ella es la que, con su forma, volumen y estructura, nos va a mostrar su naturaleza escenográfica, la luz que posee.

Lo primero que había que hacer era seleccionar aquellos edificios góticos que, por su singularidad formal, nos mostraran los distintos tipos de luz gótica existentes. El resultado de la “preselección” de edificios que había que estudiar y el análisis en profundidad de sus características nos aportaron datos sobre todas las cualidades que residen en el concepto de luz gótica. Los seis edificios inicialmente seleccionados fueron las catedrales de Gerona, Toledo, Sevilla y León, la basílica de Santa María del Mar en Barcelona y la capilla de la Sainte Chapelle de París.

El primer acercamiento a los edificios analizados consistió en una toma de datos in situ del estado actual de la iluminación midiendo con luxómetro. La medición se realizó en distintos espacios de la catedral y en distintos momentos del día y del año. Los datos de iluminación obtenidos fueron en cierto modo desconcertantes, ya que sus patrones de funcionamiento no fueron ni lógicos ni esperados. Estos inquietantes resultados se deben a que las catedrales presentan en la actualidad un sinfín de distorsiones lumínicas que desvirtúan el patrón de iluminación original.

Por ello, y en aras de conseguir entender cómo era en realidad la luz original de estos espacios, fue necesario recrear las condiciones primigenias del edificio gótico por medios informáticos. Este segundo acercamiento se llevó a cabo a través de la modelización tridimensional según su proyecto inicial de las seis  catedrales estudiadas. A estas recreaciones se les aplicó un programa de soleamiento específico en los mismos espacios y a las mismas horas que la toma de datos realizada in situ.

El programa informático ofreció datos de alto valor representativo, tanto numérico como gráfico, y permitió comprender cuál era la realidad de naturaleza de la luz gótica, tanto en lo que refiere a la luz directa o proyectada, como a la indirecta o ambiental. El análisis de la luz directa muestra cómo penetra el sol en cada momento en el interior de la catedral. Esta faceta de la luz es fundamental en el entendimiento de la arquitectura gótica, ya que las catedrales hablaban al pueblo a través de las vidrieras coloreadas, y estas solo se “encendían” cuando eran directamente traspasadas por los rayos solares. Por otro lado, había que estudiar también cuál era la iluminación indirecta, ya que esta nos muestra cómo es la iluminación ambiente en el interior de la catedral y cómo se significa de diferente manera a lo largo de los distintos lugares del templo.

El estudio exhaustivo de las muestras permitió determinar, en primer lugar, las cualidades que identifican la luz de los espacios góticos según unos parámetros específicos, como son: la intensidad, la expresividad, el recorrido, el color y la distorsión.

La intensidad muestra cómo es cada catedral según la cantidad de iluminación ambiente de sus espacios, es decir, si es más oscura o más luminosa en términos globales. La expresividad escenifica cómo penetra el sol en el interior de la catedral, y muestra el recorrido interior de la coloreada proyección directa de la luz solar sobre los paramentos interiores a lo largo del espacio y del tiempo. En función del impacto lumínico de los vitrales coloreados reflejados sobre las naves es posible diferenciar entre catedrales expresivas y mudas. El recorrido, marca cuál es la tendencia de la luz a lo largo de la nave central. La luz puede aumentar según avanzamos desde los pies de la catedral hasta el crucero o, por el contrario, puede decrecer. Este valor es relevante si queremos definir la escenografía del espacio arquitectónico. En cuanto al color, cabe decir que las imágenes de las vidrieras combinaban por lo general colores intensos que filtran la luz, como el rojo o el azul, con otros colores, como el verde, el amarillo y la grisalla, cuya combinación produce efectos caleidoscópicos ciertamente impactantes.

Existe una última cualidad, ya avanzada en el inicio del artículo, que es fruto del devenir del tiempo, de la superposición de estilos arquitectónicos y de las intervenciones de restauración llevadas a cabo en las catedrales: la distorsión. Esta cualidad define en qué medida la iluminación gótica ha quedado mutilada por efectos como la implementación de luz artificial, la sustitución de las vidrieras coloreadas por vidrios transparentes o la construcción de obstrucciones solares colindantes al edificio gótico, entre otros. Este factor mide la relación entre la luz original y la actual, y resulta fundamental a fin de entender el efecto que tienen algunas intervenciones sobre el legado lumínico del Gótico. Si bien algunas distorsiones se deben al inevitable paso del tiempo y a la enriquecedora superposición de estilos arquitectónicos, otras son producto de la falta de reflexión. El desconocimiento de la naturaleza de la luz gótica en términos cuantitativos y cualitativos está en la raíz de esta falta de sensibilidad hacia la luz gótica original. Si se quiere recuperar la esencia del Gótico no sólo se deben conservar la piedra, el vidrio, el esqueleto y la forma, sino que se deben recuperar también su luz, su escenografía.

Pero la tesis doctoral no solo define estas cualidades, sino que determina también, de forma inédita, una serie de factores de tipo geométrico que modulan las cualidades lumínicas de la catedral gótica. Estos factores, que tienen que ver con la forma de las catedrales, con su esqueleto pétreo y su transparencia, nos enseñan de qué depende que una catedral sea luminosa u oscura, expresiva o muda, distorsionada o no, de una manera tangible, física y relacionable, consiguiendo aquello que se pretendía: atrapar la luz y medir sus sensaciones. Se cumple así con el objetivo planteado por la presente investigación doctoral: determinar las cualidades y los factores que, combinados de manera precisa, generan una definitiva clasificación de los distintos “tipos de cualidad lumínica” de la arquitectura gótica.

A fin de poder emplear esta clasificación en cualquier edificio gótico, más allá de los seis edificios estudiados en la presente tesis doctoral, se propone finalmente un modelo de análisis al mismo tiempo más general y menos complejo. Para ello se define un procedimiento abreviado de acercamiento a la realidad de la iluminación gótica por medio de un conjunto de fórmulas matemáticas que relacionan los factores geométricos de la catedral con la luminosidad interior resultante. De este modo, tan solo con las cotas de una sencilla sección transversal se puede clasificar cualquier espacio en función de su luz. Gracias a ello, la clasificación de la luz gótica realizada en base a las seis catedrales analizadas se hace extensible al resto de catedrales góticas españolas y europeas de una manera inmediata e intuitiva. Se abre el camino así a una nueva clasificación de los edificios históricos de distintas épocas, y se inicia un apasionante camino por recorrer hacia la recuperación de “la luz original”.

Todo este estudio sobre la luz gótica, ese hito de la historia de la arquitectura del que tanto se ha hablado y en cierto modo tan desconocido, permite plantear varias conclusiones. La primera tiene que ver con la intensidad de la luz.  Si bien la luz fue el motor de creación del Gótico, y su búsqueda supuso el descubrimiento de la bóveda de crucería, el arquitecto gótico no busca tanto introducir luz natural en el espacio interior, sino que pretende atraparla y transfigurarla para proyectarla sobre el espectador en forma de color. Por ello, los espacios góticos no son un canto a la luz, sino al simbolismo de su color, articulado de manera maravillosa a través de un único elemento constructivo: la vidriera. En contra de la creencia ampliamente extendida, la arquitectura gótica es una arquitectura eminentemente oscura, de luz matizada, manipulada,  coloreada y simbólica sin precedentes, ya que el estilo previo ―románico― y el posterior ―renacimiento― utilizaron la luz natural sin filtrarla a través del color.

En segundo lugar, este estudio permite enmarcar el espacio gótico según una nueva clasificación. El Gótico no se definirá ya únicamente por su esbeltez, su estructura, su dimensión o su construcción, sino que podrá definirse también según su iluminación, en cuanto a su calidez, intensidad, expresividad, recorrido, color… Nuevas cualidades aplicadas sobre algo intangible como es la luz, que permiten, de algún modo, adjetivarla para llegar a “medir sensaciones”.

Ello no solo permite acercarse a la naturaleza de la luz gótica original y evaluar la voluntad del arquitecto medieval, sino que deviene en una poderosa herramienta para medir las distorsiones lumínicas que se producen en los espacios góticos, ya que se puede evaluar en qué medida están desvirtuados en la actualidad. Este factor de distorsión, unido a la clasificación y las cualidades lumínicas propuestas, podrán ser utilizados como herramientas de conocimiento de un factor determinante a la hora de describir cualquier espacio gótico, y su aportación pretende ser un nuevo condicionante a tener en cuenta en el futuro, que ayudará a entender y respetar, en las posibles intervenciones que haya que realizar sobre el patrimonio catedralicio, aquello que fue en su inicio motor principal del proyecto arquitectónico y que hoy día no se valora suficientemente tan solo por falta de conocimiento: su luz.

3 Comments

  1. Miguel Angel

    Quisiera saber la fecha de publicacion de esta informacion, espero su pronta respuesta ya que esta sera usada para un trabajo escrito

  2. Alberto Giachi

    Hans Sedlmayr en el ensayo “La luz en sus manifestaciones artísticas” definió el periodo Bizantino y sucesivamente el gótico, una época “fototrópica” por las cualidades de los materiales empleados aptos para “atrapar” la luz. Existe, entonces y en este sentido un precedente en la arquitectura anterior al gótico. Hagia Sofia se describió por Procopio: “Se podría decir que su interior no está iluminado por la luz solar de fuera, sino que en ella es connatural la iluminación; tan grande es la abundancia de luz que se esparce por este templo”.

Leave a Reply

Your email address will not be published.