El otro Coderch en la Barceloneta

Es sorprendente cómo de desapercibido ha pasado este conjunto habitacional en el análisis de la obra de Coderch. Probablemente quedó eclipsado por el famoso edificio de Passeig de Joan de Borbó, que alberga unas características suficientemente inhumanas para ser alabado por la crítica. Nuestro complejo de viviendas tiene demasiados rasgos de la época en la que la Casabella de Ernesto Nathan Rogers y el neorealismo italiano imperaban en las revistas. Nos recuerda excesivamente al barrio de Tiburtino (1949-1954) en Roma de Mario Ridolfi y Ludovico Quaroni, con sus tejados a dos aguas y su “tipología urbana para que los campesinos que emigraron a la ciudad no se sintieran desubicados”. Este pensamiento “social”, con intento de comprender a las masas y atender su memoria histórica, es el germen de lo que en los años ‘80 sería el repudiado post-modernismo y, por esa razón, debemos echar tierra y hacer ver que aquí no ha pasado nada. Retrotrayendo así este componente circunstancial, es interesante remarcar las notables diferencias de Coderch con este estilo arquitectónico, que caracterizan de un modo especialmente personal la obra del arquitecto catalán.

Es una evidencia que Coderch odiaba la ciudad. Todas sus intervenciones en ella procuran negarla creando fachadas especialmente cerradas. La forma en “u” de este complejo lo evidencia, creando un patio interior controlado por el propio arquitecto. Un espacio luminoso, arbolado y zona de juegos y tabernas en planta baja. Pero las fachadas exteriores se encuentran semejanzas con los Trade, el Instituto francés o el mismo edificio para pescadores de unas calles más allá. Las ventanas tienen unos parapetos que obligan a mirar en oblicuo para orientar hacia la salida del sol y no percibir la estrechez de la calle. El conjunto de estos artefactos crea uno de los alzados más minimalistas de la ciudad. Las franjas verticales de revoco blanco contrastan con el ladrillo manual tradicional, en una innumerable seriación a lo largo de todas las fachadas laterales. En el interior, en cambio, aparece un espacio luminoso y abierto, similar al de las calles interiores de Las Cocheras. La distribución de las viviendas crea unos retranqueos y numerosas terrazas que generan un ambiente de pueblecito pesquero. El acceso y posición de las cajas de escalera, la ventilación cruzada y el alzado sur absolutamente esencial hacen que este complejo habitacional sea digno de estar en las guías de arquitectura. Sin embargo, por diversas razones, probablemente relacionadas con la moda, nos encontramos desempolvándolo de nuevo.

1 Comment

  1. Si no recuerdo mal, J.A.Coderch no reconocía la obra terminada como suya. “Renegaba” de ella. De hecho, resulta indicativo que en su monografía editada por GG, sólo se publicna unos pocos planos y fotos de la maqueta, y ninguna de la obra construida.
    Desconozco el porqué. Seguro que está escrito en alguna parte.

Leave a Reply

Your email address will not be published.