CARLOS FERRATER. La luz es el tema

CARLOS FERRATER nació en Barcelona en 1944. En 1971 obtuvo el título de Arquitecto y, en 1987, el Doctorado en Arquitectura. Es Catedrático de Proyectos Arquitectónicos de la U.P.C. y Director de la Cátedra Blanca de Barcelona. También es académico electo de la Real Academia de Belles Arts de Sant Jordi y fue envestido Doctor Honoris Causa por la Universidad de Trieste.

De entre su inmenso historial de premios y menciones, cabe destacar que ha recibido cuatro premios FAD desde el año 2000 y el Premio Ciudad de Barcelona en sus ediciones de 1999 y 2008, y que ha sido finalista del Premio Mies van der Rohe en dos ocasiones. También ha sido invitado a exponer su obra, entre otros, en el MOMA de Nueva York y en el  Crown Hall de la IIT de Chicago. Y recientemente ha sido galardonado con el Premio Nacional de Arquitectura 2009, otorgado por el Ministerio de Vivienda, por su trayectoria y por devenir en referente para varias generaciones de arquitectos dentro y fuera de España.

Con estudio propio desde 1971, en el año 2006 constituye con Xavier Martí, Lucía Ferrater y Borja Ferrater la sociedad Office of Architecture in Barcelona (OAB).

Carlos Ferrater aborda en 1989, junto con J. L. Canosa e Isabel Figueras, el proyecto del jardín botánico de Barcelona, un proyecto muy diferente al que normalmente debe enfrentarse un arquitecto. Y es que, en general, los arquitectos demuestran cierta soltura en el manejo de unas herramientas de proyecto más o menos eficaces a la hora de abordar la creación de espacios interiores, y sienten que juegan en casa cuando se enfrentan a este tipo de proyectos, pero tienen la sensación de jugar en campo contrario cuando deben enfrentarse a la concepción de espacios exteriores de ciertas dimensiones.

“Frente a cada nueva experiencia y cuando la disciplina aprendida se muestra insuficiente, y el instrumental adquirido escaso” Carlos Ferrater* propone “proceder a la búsqueda de nuevas herramientas con las que experimentar”. La GEOMETRÍA se constituye entonces como una “nueva” herramienta capaz de ser utilizada “como medio de aproximación al paisaje y a la forma urbana”, capaz de generar un orden intrínseco del proyecto.

Después de la primera experimentación geométrica que supuso el jardín botánico, “las exploraciones geométricas han ido enriqueciéndose y pasando del plano al espacio, adquiriendo tridimensionalidad, y permitiendo no sólo la manipulación en el espacio abierto sino la experimentación de espacios intermedios interior-exterior hasta alcanzar valor de profundidad, llegando a construir como un todo, paisaje, envolventes y espacio interior”.

Para Carlos Ferrater “el trabajo del arquitecto estaría entonces en ese trascurrir de la geometría al espacio”, demostrando una cierta predilección por aquellos procedimientos geométricos que le permitan obtener formas geométricas complejas: “No me refiero a la geometría elemental de sólidos puros, cajas y volúmenes sino a aquella otra que permite intervenir sobre la estereometría, trabajar en las intersecciones y en las articulaciones imaginando cómo actúa en ellas la luz.”

Carlos Ferrater no utiliza la geometría sólo como medio de aproximación al lugar, al programa o a la forma, sino que la utiliza también para ordenar la luz a través de la envolvente, ya sea cubierta o fachada, y construye así el espacio. Su interés por la luz es evidente ya en su Tesis Doctoral ‘Obra Singular. Proceso Continuo’ (1987), donde afirma que “el tratamiento de la luz podría ser uno de esos aspectos intangibles propios de la percepción, difíciles de encuadrar o clasificar, pero que marcan y personalizan la obra de un arquitecto”. Así ocurre en los lucernarios de Zaragoza, los estudios lumínicos de la fachada del proyecto del Hotel de Córdoba, los pliegues de luz del Parque de las Ciencias de Granada, el plano doblemente quebrado a norte del vestíbulo del Hotel Rey Juan Carlos I, o el facetado vítreo del Roca Barcelona Gallery.

Estas obras, junto con muchas otras concebidas también desde 1989 hasta hoy, constituyen un periodo de tiempo que, para Carlos Ferrater, ha sido el tiempo de la Geometría.

¿Por qué la luz es tan importante para la arquitectura?

La luz es la materia prima con la que trabaja un arquitecto. Siempre me he preguntado por qué, siendo un material dúctil que construye espacialidad y de un coste cero, se emplea tan poco y tan mal.

Siempre que visito alguna obra de arquitectura lo que más permanece en el recuerdo es el comportamiento de la luz, los juegos de sombras. Creo que eso se acentúa aún más cuando la arquitectura se construye en base a un solo material,. Por ejemplo el Partenón, un templo de Karnak, una mezquita en Marrakech, siempre recuerdo los claros oscuros que sobre la piedra o una pared estucada realzan la idea espacial y la tensión emocional.

¿Cómo y cuándo se dio cuenta de que la luz es el tema central de la arquitectura?

Desde el inicio de nuestro trabajo ha existido una preocupación por el empleo de la luz, el juego de las sombras, la temperatura de calor, la luz cenital, etc. Quizás fue en el proyecto para el nuevo auditorio de la ciudad de Castellón, un edificio realizado totalmente en hormigón blanco, prácticamente opaco desde el exterior y que causa una gran sorpresa cuando penetras en sus espacios interiores iluminados a través de distintos fondos, como los telones de un teatro, graduando las diferentes intensidades de la luz sin permitir una incidencia solar directa.

¿Cómo trabaja con la luz cuando se enfrenta a un nuevo proyecto?

Para mí la luz es un material de proyecto y de obra. Su utilización debe sorprender, emocionar y provocar diferentes estados de ánimo en el habitante.

En ocasiones, recurrimos a especialistas que nos ayudan a contrastar, mediante modelos virtuales, el efecto de la luz en diferentes horas, días o estaciones del año. Por ejemplo, en el lucernario del vestíbulo principal del Palacio de Congresos de Catalunya situado en la avenida Diagonal de Barcelona, el diafragma lumínico se fragmenta en cuatro piezas que atienden a las cuatro orientaciones. Mediante este mecanismo, luces de diferente intensidad y color se entremezclan y hacen perceptible la hora del día en el interior del hall; luz más azulada en el sector este, más dorada al mediodía, y rojiza hacia poniente, mientras que la luz que penetra por el sector norte es más fría y constante.

Siempre pensando en la luz ¿con cuál de sus obras se siente especialmente satisfecho? ¿Por qué?

Quizás la Roca Barcelona Gallery, realizada con Borja y Lucía Ferrater, sea hasta el momento la realización que condensa un proceso largo de investigación en el tema de la iluminación al conseguir que la propia fachada del edificio construya efectos de difracción, reflexión, refracción, descomposición del espectro lumínico, así como efectos arbitrarios gracias al espejado que se forma en los intersticios de los bloques de vidrio que componen la fachada.

La iluminación pertenece a la propia composición de la fachada al encontrarse en el interior del elemento vítreo.

Es evidente su interés por la luz en sus obras, pero también en sus escritos…

La luz en arquitectura es un a priori, pero después, en la realización, es un factor variable y que puede connotar sorpresa por su versatilidad. Generalmente, a través de las memorias de los distintos proyectos que hemos ido realizando a lo largo del tiempo, creo que ha ido creciendo el interés por explicar la influencia de la luz en la habitabilidad de los espacios que hemos ido proyectando y construyendo.

¿Nos puede decir un proyecto de un arquitecto, actualmente en activo, que le parezca especialmente sugerente por su modo de trabajar con la luz?

Creo que la arquitectura de Alberto Campo Baeza desde su inicio utiliza la luz como un elemento principal en toda su obra. El edificio de la Caja en Granada, sus diferentes viviendas unifamiliares o incluso espacios semiabiertos… en todos ellos siempre es la luz la principal protagonista.

* Todas las citas contenidas en este texto, a excepción de la referida a la Tesis Doctoral de Carlos Ferrater, proceden del libro SINCRONIZAR LA GEOMETRÍA, Paisaje Arquitectura & Construcción; Ferrater, Carlos. Barcelona: Actar, 2006

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